1.300 millones de toneladas de alimentos se desperdician al año en todo el mundo. Con este impresionante dato sobre el despilfarro se lanzan distintas iniciativas para tratar de reutilizar la comida y/o concienciar a no tirarla.
Un informe de la ONU dice que la tercera parte de los alimentos producidos al año en el mundo para el consumo humano se desperdician. El dato es escalofriante, y aún más estremecedor, saber que las diferencias de la comida que se va a la basura por países. Tanto los países de Europa como los Estados Unidos tiran entre 95 y 115 kilos anuales. Solo España supera los 60 kilos anuales por persona. Mientras que en África o en Asia alcanzan escasamente los 10 kilos. Solo el pasado año, en los cubos de basura de los restaurantes españoles se amontonaron más de 63.000 toneladas de comida. Tanto por economía como por despilfarro es un dato que debemos trabajar para reducirlo.
Los productores, los distribuidores y el sector de la restauración son los causantes de la mayor parte del derroche alimentario que se produce. No obstante, los consumidores de a pie también debemos asumir nuestra parte de responsabilidad. Y qué mejor que hacerlo con unos trucos que te damos a continuación y que pretenden minimizar la cantidad de comida que tiramos cada día a nuestro cubo de la basura:
- Truco número uno: conciénciate de las consecuencias negativas del desperdicio de alimentos.
- Influye con las decisiones de compra. ¿Cómo? Exigiendo productos de calidad, dejando de lado el envase, el empaquetado y la cantidad.
- La mayor parte del despilfarro se debe a la falta de previsión a la hora de comprar. Por lo que uno de nuestros trucos básicos para no despilfarrar comida es planear bien nuestras compras y los alimentos que nos hacen falta para que de esta forma no acumulemos en la nevera comida que nos sobrará y que al final terminaremos tirando a la basura.
- Estudia la lista de la compra para no llevarte excesivos productos, sobre todo los más perecederos.
- Otro consejo ecológico es llevarse a casa la comida que nos sobra cuando salimos a comer fuera en algún restaurante en tuppers, una práctica extendida en Estados Unidos con el nombre «doggy bag«. En nuestro país, de la mano de San Miguel y su campaña titulada «ciudadano 0,0» se ha creado una iniciativa similar con una caja de cartón llamada «nolotiro» donde transportar las sobras de comida de los restaurantes. Aunque de momento la campaña solo afecta a Barcelona y Madrid pero en el futuro podría llegar a otras ciudades.
- Comprueba la fecha de caducidad al hacer la compra para evitar comprar alimentos que se pueden echar a perder en poco tiempo.
- Aprovecha los resto de la comida del día siguiente, como ingredientes para la cena, congelándolos, etc.
- La organización en la despensa y el frigorífico o congelador es el punto crítico previo a la preparación de alimentos. En este momento final, la justa medida de unas raciones adecuadas es clave. Además, congela todo aquello que no tenga previsto comer, como el pan o los alimentos ya cocinados.
- Una iniciativa muy innovadora en este campo es la de Eqosphere en Francia que pone a disposición de todos los actores implicados en esta problemática, una plataforma colaborativa para optimizar el desarrollo de las actividades de revalorización de los alimentos sobrantes y de los residuos. En Alemania también se trabaja en este sentido con la plataforma www.foodsharing.de que ayuda a la gente a compartir la comida que les sobra en vez de tirarla a la basura e influir de forma negativa al medio ambiente.
En definitiva, hay muchas maneras para evitar el despilfarro de comida y la solución a este problema de dimensión global está en nuestras manos.